El monasterio es el hogar y el centro de la vida para una monja clarisa. Y el centro de ese hogar, el fuego que lo calienta es la Eucaristía, el Señor se ha hecho un pezado de pan por y para nosotras y la vida en el Monasterio está centrada en su contemplación y en el diálogo con Él.
Que este Monasterio sea los pulmones del pueblo de Elche y un referente para la vida de todos.
D. Rafael Palmero, Obispo de Orihuela, durante la bendición de la Iglesia del ConventoPrimer convento: la Encarnación
En 1516 llega a la villa la primera comunidad de Clarisas, que se establece en un solar con huerto cedido por el Consejo de la Villa y Marquesado de Elche, en el espacio de la actual Glorieta, donde se construye el convento de la Encarnación. La fundación fue promovida por por clérigos y fieles ilicitanos, con el permiso del obispo de Orihuela. Desde allí, nuestras primeras hermanas en la entonces villa, iniciaron su vida contemplativa, ganándose el aprecio del pueblo.
Traslado al convento de la Merced
En diciembre de 1853 el convento de la Encarnación sufrió daños graves a causa de una gran tormenta, por lo que quedó prácticamente arruinado. Como consecuencia, las hermanas que ocupaban el convento se trasladaron provisionalmente al antiguo Convento de la Merced (también conocido como de Santa Lucía).
Posteriormente, en mayo de 1854, el Ayuntamiento de Elche aceptó formalmente la permuta que intercambiaba los dos edificios, de modo que la Comunidad pasó a ser propietaria del convento de la Merced.
El edificio contaba con iglesia propia, que fue muy frecuentada por los fieles. Lamentablemente, esta iglesia fue incendiada en febrero de 1936 por radicales, en los meses previos a la Guerra Civil.
Actual convento de Santa Clara
En pleno siglo XXI, dado el mal estado del convento, la Comunidad de Hermanas Clarisas acuerda una permuta con el Ayuntamiento de Elche, que construye el nuevo Monasterio de Santa Clara en la zona norte de la ciudad junto al cauce del río Vinalopó, cerca del puente del Bimil·lenari.
Las hermanas clarisas se trasladaron al nuevo convento el sábado 29 de septiembre de 2007. Situado en una zona más tranquila, este nuevo monasterio favorece la clausura y la oración. Conserva el espíritu franciscano de sencillez y ha sido ampliado con una iglesia abierta al público para facilitar la participación litúrgica de los ilicitanos.
La comunidad hoy
La comunidad de clarisas continúa su vida de oración, silencio, adoración eucarística y fraternidad. En contacto con la ciudad, acogen a quienes se acercan con necesidades espirituales. Su presencia sigue siendo testimonio de vida evangélica en Elche.
Extracto de “Las Clarisas de Elche. Quinientos años de contemplación” , Joan Castaño García, Elche, 2016 y de entrevistas con las Hermanas Clarisas.